Ocio en Roma
Los romanos apreciaban mucho el ocio, y lo usaban, sobre todo, para realizar
actividades divertidas y placenteras, además para socializarse entre ellos.
Las clases sociales en Roma y su Imperio se dividían en esclavos, libertos,
extranjeros, ciudadanos de la plebe y la clase alta de terratenientes. En la
parte más alta de la sociedad, con más riquezas y más poder, estaban los
senadores y caballeros y sus familias. Cada clase social tenían diferentes diversiones pero todas compartían cosas
en común, como las fiestas religiosas, los espectáculos y otras celebraciones
típicas de la cultura romana.
Ocio y política
En Roma, la política a veces se relacionaba con el ocio, como por ejemplo,
en los triunfos que celebraban los generales victoriosos o en fiestas y
banquetes que pagaban los magistrados o los políticos que se presentaban a
elecciones para ganar popularidad.
El triunfo era un desfile, en el que el general victorioso entraba con el
botín, los prisioneros y su ejército haciendo una procesión por las calles
principales, para que el pueblo pudiera contemplar el producto de sus
conquistas y aclamarlo. Era un motivo de fiesta y celebración popular.
Además, los magistrados, como los ediles, organizaban, en las fechas de
fiestas religiosas, banquetes y espectáculos, pagados muchas veces por ellos
mismos.
Espectáculos
Los magistrados organizaban espectáculos para el pueblo, que acudía a ellos
gratuitamente. Los favoritos de los romanos eran el circo, el anfiteatro y el
teatro. En cada edificio se hacían diferentes espectáculos.
El circo era un espacio ovalado, con gradas, una arena central con un muro
en el medio. El circo Máximo de Roma medía medio kilómetro y tenía cabida para
casi 400.000 espectadores.
En el circo se hacían carreras de carros, carreras a pie, exhibiciones a
caballo y luchas simuladas entre los jóvenes nobles.
El anfiteatro era un gran edificio ovalado, como dos teatros juntos. Tenía
gradas para los espectadores, una arena central y subterráneos donde se
escondían animales, decorados y gladiadores. Los espectáculos más típicos del
anfiteatro eran luchas de gladiadores, peleas de fieras y simulacros de
batallas navales.
El
organizador de los juegos, determinaba con un gesto de la mano el perdón o la
condena del perdedor, el ganador obtenía además de la fama premios materiales.
Ocio privado
Hemos visto hasta ahora manifestaciones de ocio y diversión públicas, hechas
en las calles y organizadas por los dirigentes, pero el ocio también se daba en
lo privado.
Para los romanos, la cena, que era la comida que se hacía al caer el sol,
era motivo para realizar banquetes, que, en las casas adineradas y en ocasiones
especiales eran inmensos, con invitados, y manjares exquisitos.
Beber, en grupo, era una actividad de ocio que sucedía en tabernas, abiertas
al público, en collegias, que eran hermandades religiosas o laborales y en
burdel.
Las fiestas privadas, además, se hacían en las casas con motivo de bodas,
nacimientos y funerales.
Los baños
Una de las actividades de ocio que más agradaban a los romanos era ir a las
termas. Se trataba de baños públicos donde había además de piscinas de
diferente temperatura, salas de masaje, saunas, jardines y espacios para la
gimnasia. Pero lo más importante de las termas no era la higiene y cuidado del
cuerpo; sobre todo eran espacios para relacionarse.
Para tener más información sobre este tema podéis acceder a los siguientes enlaces:
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